Itinerario: Mecina Bombarón - Barranco Cádiar - Barranco Seco - El Golco - Río Mecina - Manantial de Montenegro - Yegen - Barranco de las Eras - Barranco Zahón - Barranco del Quejigal - Barranco de los Prados Grandes - Barranco de la Cueva - Barranco de los Morciguillos - Río de Válor - Puente de la Tableta - Válor.
Recorrido: 13 kms. Lineal.
Dificultad: El trazado transcurre en su mayor parte por carril de tierra y sendero, aunque hay cortos tramos de asfalto. Hay algunas bajadas con gran pendiente, por lo que se recomienda tomar las debidas precauciones. La dificultad podemos catalogarla como de MEDIA. El índice de dificultad IBP es 56, por lo que también se clasifica como MEDIA. Ver más datos IBP aquí>>>
Acumulado: 382 m subiendo; 699 m bajando.
Media: 3,3 kms/h
Tiempo en movimiento: 4 horas.
Descripción:
Iniciamos nuestro caminar en la espaciosa Plaza Nueva, lugar donde desde 1.990, se encuentra ubicado el Ayuntamiento de Alpujarra de la Sierra. Municipio que se formó mediante la unión, en 1971, de las localidades de Mecina Bombarón y Yegen, el Barrio de El Golco y el Caserío de Montenegro, limitando con los municipios de Lanteira, Válor, Ugíjar, Cádiar y Bérchules.
Con el conocimiento de los trascendentales sucesos históricos acaecidos en estos lugares y los inevitables pensamientos sobre ellos rondando por la cabeza, tomamos el sendero GR-7, que por debajo de la mencionada Plaza Nueva se dirige hacia el Barrio de El Golco.
Descendemos por la Calle Iglesia Vieja. Dejamos a la derecha el Salón-Aula Cultural “Pío Navarro Alcalá-Zamora” y el Museo Fotográfico y a la izquierda, las instalaciones del Colegio Público Rural “Las Acequias”. Tras pasar por las Calles Santa Teresa y Mezquita, dejamos el casco urbano de Mecina Bombarón, por un carril de tierra.
Se trata de un carril amplio, de muy buen piso, y que desciende y llanea entre exuberantes huertas, superando profundas hendiduras geológicas, como el Barranco de Cádiar y el Barranco Seco. Agua abundante y cristalina nos acompaña con su canto durante todo el trayecto, bien en manantiales, que brotan donde menos te lo esperas, en impetuosos arroyos, que saltan por los barrancos ó en domesticadas acequias,que se precipitan para dar vida a la fértil tierra que recorremos.
Antes de entrar en El Golco, un impresionante manantial nos regala sus frescas y cristalinas aguas, cautivándonos unos instantes con su espectacular abundancia y ayudándonos a comprender la importancia que tiene el agua en la configuración del paisaje que nos rodea.
Unos pasos más adelante y nos topamos de lleno con las primeras viviendas y calles del “fantasmal” Barrio: No vemos gente, aunque la presentimos. La única vida, la ponen el callejeo de los gatos y el constante trinar de los pájaros. Rodeamos laIglesia mudéjar de Nuestra Señora de Gracia del Golco (s.XVI) y contemplamos el magnífico ejemplar de catalpa, que parece despertar a la llegada de la primavera, arraigado profundamente a la Plaza de la Iglesia o Plaza Nueva de El Golco.
Hay un amplio mirador orientado hacia el Sur, desde el que nos paramos a contemplar: el camino que nos espera, el Caserío de Montenegro y, de telón de fondo, la Sierra de Gádor y La Contraviesa: con el Cerrajón de Murtas (1.511 m.s.n.m.) destacando sobremanera en la zona oriental de la costera cadena montañosa. En estas tierras siguen circulando numerosas leyendas, que nos cuentan los innumerables tesoros escondidos en la comarca por los moriscos. Abundan aquí los parajes relacionados con este tipo de leyendas, como la “Cueva del soldado”, el “Tesoro del Alamillo” o el “Tajo del Reigecillo.
Reiniciamos la marcha. Dejamos el casco urbano de El Golco y volvemos al sendero GR-7. Hacia el Sureste dejamos los restos del Castillejo de El Golco. El camino sigue bajando, escoltado por una serpenteante y tradicional acequia de careo con lajas de pizarra, que nos lleva hasta la Fuente Baja de El Golco ó Fuente Honda (992 msnm) situada a la izquierda del camino.
Dejamos la Fuente Honda y seguimos bajando hasta llegar al cauce del río Mecina, que atravesamos por un puente cementado. Pasamos ahora a su margen izquierdo. Este es el camino del Fresnillo. Grandes ejemplares de álamos negros y otra vegetación de ribera, nos acompañan. Algunos árboles están partidos, tronchados, por la fuerza de algún destructor vendaval. Seguimos por un sendero, que empieza a subir constantemente, y que, dirección Sur, nos lleva directamente hacia el Caserío de Montenegro. La zona está muy erosionada (“bad lands”).
En este tramo, pasamos bajo el cortijo Miguel: un antiguo corral, medio arruinado, con la zona baja, de piedra y la superior, de ladrillos y bloques.
Cambiamos de paisaje y nos introducimos en una zona poblada de espesa vegetación. Encontramos varias chorreras que proceden de un manantial, situado al pie de la montaña, a 940 msnm; es el Manantial de la Raja:
Más adelante, el sendero llega a una bifurcación: a la izquierda, el sendero GR-7 se dirige hacia Yegen; a la derecha, nos indica la dirección hacia el Caserío de Montenegro y si seguimos avanzando, podríamos llegar hasta la localidad de Yátor.
Seguimos a la izquierda por un amplio camino, al principio, cementado y después, de tierra: se empina fuertemente y nos permite ir cogiendo altura e ir superando agrestes barrancos (“bad-lands”) que van quedando a nuestra derecha. Es un paisaje árido, erosionado, sombrío, roto: plagado de lomas, cárcavas y ramblas, que se entrecruzan, cubriendo todo el panorama que vemos hacia el Sur, hasta perderse en el fondo de la Contraviesa.
A continuación llegamos hasta el barranco de los Quiebros (también conocido como barranco del Judío). El agua del nacimiento atraviesa el camino. Bajo una higuera hay unos pequeños bancos de obra. Esta zona es conocida como el Salto del Gitano.
Seguimos subiendo por el carril, zigzagueando, hasta que unas curvas más arriba, llegamos junto alcementerio de Yegen, antesala de la localidad, a la que nos dirigimos. Yegen es un típico pueblo alpujarreño, famoso porque el escritor inglés Gerald Brenan.
Caminamos callejeando por las calles estrechas, limpias y muy blancas de Yegen, acercándonos a visitar la granfuente y lavadero de La Camellona. Pasamos por Plaza de la Iglesia del Dulce Nombre de Jesús en donde se encuentra el viejo ayuntamiento, el Museo Fotográfico de Yegen, el Pilar de la Plaza y sus tres árboles centenarios, para pasear luego hacia la casa de Gerald Brenan: tiene en su fachada una placa de cerámica granadina que perfectamente la identifica. Igualmente se puede ver una placa que recuerda el paso del escritor granadino Pedro Antonio de Alarcón. En el pueblo es conocida como la Casa del Inglés.
Seguimos encontrando más fuentes y gente afable, que simpáticamente nos rodea. La verdad es que el recorrer las calles de Yegen se convierte en una de las más agradables experiencias para el caminante. Una parada en el camino para disfrutar de la gastronomía de la localidad, es algo que no nos resistimos a recomendar.
Dejamos Yegen por el arcén de la carretera comarcal A-4130, para a algo más de un kilómetro, abandonarla girando a la izquierda por un carril de tierra, volviendo a prestar ahora atención a la señales del sendero GR-7. A los pocos metros, de nuevo, giramos a la derecha y empezamos a bajar. Cruzamos la carretera, con precaución y seguimos por un precioso sendero que desciende zigzagueando hasta la cortijada de Cuesta Viñas, ya en el término municipal de Válor.
En Cuesta Viñas hay un curioso manantial con varios tipos de agua. Hay caños de agua ferruginosa, de agua bicarbonatada, de agua de marmolejo y otro de agua natural. A gusto del consumidor. Hay que aprovechar el lugar y pasar un rato divertido probando en tan poco espacio, tan rica variedad de aguas, capaces de satisfacer los paladares más exigentes.
Superamos el Barranco de los Prados Grandes y una vez en el collado ya vemos a Válor en la lejanía. Seguimos por un carril entre castaños, muchos de ellos secos, nogales, almendros y bien cuidados bancales, para finalmente llegar hasta el profundo barranco por el que desciende el río de Valor. Para salvar la última dificultad orográfica de la jornada, utilizamos un antiguo puente conocido como el puente de la Tableta (s.SIV), rehabilitado y restaurado recientemente.
Junto al puente de la Tableta se encuentra la Fuente Agria de la Tableta y una zona recreativa habilitada con barbacoas. La Fuente está encauzada hasta un pilar con dos caños que tiene una inscripción sobre el hormigón: “Hermandad de Labradores - Válor - 1974”. Los caños, actualmente, se encuentran obstruidos, y, por desgracia, solamente cae un hilillo de agua.
Cruzamos el puente y entramos por el camino antiguo de Válor, subiendo hasta una pequeña placetilla en la que se encuentra la ermita de Nuestra Señora de Lourdes y el antiguo cementerio. Desde este punto accedemos a las primeras calles y viviendas de Válor.
Nos adentramos tranquilamente en las estrechas y típicas calles, acercándonos a conocer la Fuente Alegre, de piedra desgastada por el paso de los años. Esta fuente tiene tres caños y regala un agua fresca y exquisita. Es un buen sitio para tomarse un respiro y disfrutar del lugar. Unos metros calle abajo, está el lavadero de la Fuente Bajona.
Poco a poco, callejeando, vamos subiendo hasta llegar a la Plaza de la Constitución, donde se encuentra la Iglesia Parroquial de San José (s. XVI) que da cobijo a la imagen del patrón de la localidad, el Santísimo Cristo de la Yedra, también del S.XVI.
Junto a la antigua Fuente de la Plaza (s.XVIII), y con un trago, largo y reconfortante, de agua, damos por terminada esta preciosa etapa.